Vigilia de oración con los jóvenes: vísperas de la Inmaculada Concepción

Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios: porque me ha puesto un traje de salvación y me ha envuelto con un manto de justicia, como novia que se adorna con sus joyas. (Is 61, 10)

En la tarde del 7 de diciembre, los jóvenes de confirmación de nuestra parroquia participaron en las vísperas de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María.

A las 7 de la tarde dio comienzo el rezo del Santo Rosario, en el que se tuvo muy especialmente presente a Juan Yersin, seminarista del Seminario Misionero Redemptoris Mater San Juan de Ávila que al día siguiente sería ordenado diácono en la SIC de Córdoba. También se ofreció por las vocaciones , para que el Señor envíe operarios a su mies. El rezo del Santo Rosario dio paso al último día de la Novena a la Inmaculada Concepción.

A las 19:30 dio comienzo la Santa Misa y, al finalizar, tuvimos una vigilia de oración que dio inicio con la exposición mayor del Santísimo Sacramento y el rezo de su Estación.

Los jóvenes de confirmación dieron voz a seis meditaciones sobre María y los cantos fueron interpretados por los miembros de los coros de la Sagrada Familia y de San Mateo, a quienes les agradecemos su aportación y buen hacer. Os dejamos a continuación algunos fragmentos y el enlace a la grabación de la misma.

María siempre llena de significado estas fechas: la mujer que acoge la palabra, la joven que arriesga, la que presta ayuda, la que calla y medita, la que confía, la que cree… la madre que espera con ilusión y siente cómo la Vida va creciendo en su interior.

Sí, María es fe y María es valiente, con ese valor que solo nace de la fe; no es ser temerario, es mirar de otra manera. La fe es luz en las tinieblas. Fe es fiarse de Dios que nos ama infinitamente. Fe es entrega incodicional, es un salto al vacío agarrados de la mano de Dios que nunca falla… y María dio un paso al frente y confió y donde todos hubiéramos visto dudas, dificultades, miedos, locura… Ella confió y creyó; sintió cómo la promesa del Mesías, de la que tanto le habían hablado, estaba en camino de hacerse realidad.

María es amor. María amaba a su familia y toda su vida terrena fue una muestra de amor continua. Dios había puesto esa semilla en su corazón, igual que la ha puesto en los nuestros. María estaba junto a los suyos cuando más la necesitaban, sin tener que pedírselo… ¿qué pasó con su prima Isabel? Cuando María se enteró que estaba embarazada corrió a ayudarla sin pensar en el riesgo para Ella y ¿por qué lo hizo? Porque amaba.

María pasó de ser su primera maestra a su primera alumna. El amor es así, es la capacidad de darse sin atar, de querer sin poseer, de aceptar el lugar que nos toca.

Su mirada es limpia porque su corazón es el más limpio de todos. En su mirada encontramos la luz que nos guía y ¿hacia dónde nos guía? Hacia su Hijo. Miradlo, lo tenemos delante. María es Madre de la Eucaristía. Ella fue la primera en Adorarlo: primero en su seno, luego en el pesebre…en todos los momentos de su vida y, sobre todo, al pie de la Cruz. María nos enseña cómo debemos Adorarlo. Fijaos en su mirada dulce cuando lo contempla…

Contemplarte es invocarte, es aprender, es reposar en tu seno para recuperar las fuerzas. Mantén tus brazos abiertos para poder refugiarnos en ellos cuando las fuerzas nos fallen. No permitas, Madre, que jamás nos apartemos de Ti.

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Cantos para la «Misa Dominical de la Familia», del 11/12/2022 (3º Domingo de ADVIENTO)

Vie Dic 9 , 2022
(Canto de Entrada, «FAMIENGA») (Canto de corona de Adviento, «Enciende una Luz») (Pulsa en las Imágenes para Ampliar)