Comienza la Campaña de «Manos Unidas» en Lucena

En la tarde-noche del pasado viernes 10 de febrero, dio comienzo la Campaña 64 de Manos Unidas en Lucena.

El acto comenzo con la presentacion realizada por el delegado de Manos Unidas en Lucena  D. Jose Manuel Bujalance y posteriormente la lectura del Manifiesto realizado para este año, y que estuvo a cargo del Ilmo Vicario episcopal de la Campiña D. Jesus Moriana Elvira, la hermana Misionera Sor Carmen, y la teniente de alcalde Mª Teresa Alonso.

Tras la invitacion a participar en esta Campaña realizada por niñas de Colegio «El Carmen», Jose Manuel Bujalance, invito a los presentes a participar en la Eucaristia que dio comienzo a las 19:30h y posteriormente, a la «Cena del Hambre» (un trozo de pan, aceite de oliva y aceitunas), que se realizo en el patio interior del colegio Publico Barahona de Soto.

Algunas Fotos del Acto:
(Video de la Santa Misa 🙂

(Texto del manifiesto:)

MANIFIESTO 2023 (Campaña 64)

Manos Unidas es la organización de la Iglesia en España para la cooperación al desarrollo en los lugares más empobrecidos y excluidos del planeta. Desde hace 64 años, trabajamos en favor de la justicia, luchando contra el hambre, la pobreza y la desigualdad. Partimos del reconocimiento de la dignidad humana como fuente de todos los derechos y creemos que estos solo pueden garantizarse si se promueven actitudes, compromisos y conductas más inclusivas, sobrias y solidarias.

En ese caminar, nos guía la Doctrina Social de la Iglesia desde la reflexión del Papa: «Si hay que empezar será desde los últimos».

También nos ayuda el propósito de «poner fin a la pobreza y el hambre en todas sus formas y dimensiones, y de velar porque todos los seres humanos puedan realizar su potencial con dignidad e igualdad y en un medio ambiente saludable, sin dejar a nadie atrás», recogido en los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Por eso, decididos a luchar contra la desigualdad para lograr un mundo de personas libres de pobreza y hambre:

DENUNCIAMOS que la brecha de desigualdad sigue creciendo en nuestro mundo. Y que:

— Los beneficios de la globalización han marcado un panorama profundamente desigual, enriqueciendo de manera exorbitada a una parte pequeña de la población, mientras cientos de millones de personas siguen siendo extremadamente pobres. Así, el 1 % más rico acumula casi el 50 % de toda la riqueza global, mientras el 50 % más pobre apenas posee el 1,5 % de la riqueza total.

— Más de una cuarta parte de los trabajadores del Sur son pobres, siendo sus salarios insuficientes para cubrir sus necesidades básicas y las de sus familias.

— Todavía hay 828 millones de hambrientos y se estima que cada cuatro segundos muere una persona por esta causa.

— Unos 570 millones de mujeres de entre 15 y 45 años sufren anemia.

— Cerca del 50 % de las personas que pasan hambre en el Sur pertenecen a familias agricultoras rurales que, trabajando en explotaciones de menos de dos hectáreas, producen en torno al 35 % de los alimentos que se consumen a nivel mundial, y hasta el 80 % en continentes como África o gran parte de Asia.

DEMANDAMOS:

— Que se limen las desigualdades que atentan contra la dignidad humana; impiden que cada persona pueda vivir con las necesidades básicas cubiertas y con sus derechos fundamentales garantizados y son contrarias a las más hondas convicciones creyentes.

— Que se impulse un desarrollo inclusivo y respetuoso con el medioambiente.

— Que se favorezca el papel del trabajo como vía de desarrollo personal y familiar. Y el trabajo digno para dignificar la vida de los trabajadores y acabar con la discriminación laboral de las mujeres.

— Que se pongan en marcha las políticas públicas de inserción, fundamentadas en una fiscalidad justa, y se promueva la participación y la democracia.

PROPONEMOS:

–Que institucionalmente se fomente el trabajo digno, en el que se respeten los derechos de los trabajadores, de manera especial, el derecho a un salario justo.

— Que se garantice la protección social de los trabajadores, por parte de los organismos del Estado y que exista un diálogo social tutelado por el Estado de derecho.

— Que se apoye a los agricultores de explotaciones familiares en el Sur, permitiéndoles disponer de su tierra, su agua y sus semillas y facilitando su acceso a los mercados locales.

— Que se empodere a las mujeres y a las niñas en el Sur para que la pobreza y el hambre dejen de tener rostro de mujer.

— Que se multipliquen los esfuerzos por potenciar el derecho a la educación y la salud de las comunidades más empobrecidas, sobre todo en el mundo rural.

Desde hace décadas, Manos Unidas tiene un compromiso histórico con la fragilidad del ser humano, y de manera especial con la fragilidad de aquellas poblaciones que sufren de forma más severa las consecuencias de la desigualdad. Por eso en este año -de la mano de la Doctrina Social de la Iglesia y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible- nos hemos propuesto como institución plantarle cara a esa lacra desde ámbitos concretos muy significativos en las comunidades del Sur: pobreza y hambre, trabajo digno, pequeños agricultores, perspectiva de género, derecho a la educación y a la salud.

Invitamos a toda la sociedad a trabajar para hacer que «el pan abunde en la mesa de la humanidad», logrando así un mundo donde las personas vivamos libres de pobreza, hambre y desigualdad.

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